Las Marchas en Defensa de la Sanidad Pública convocadas por IU en la Vega del Guadalquivir han llegado hoy hasta Alcolea del Río, donde han reivindicado la restitución del servicio de Urgencias 24 horas suprimido por la Junta de Andalucía tras el estallido de la pandemia de coronavirus.
Numerosos vecinos de Alcolea del Río esperaban, pancarta en mano, la llegada de las Marchas en Defensa de la Sanidad Pública que está recorriendo de un extremo a otro toda la Vega del Guadalquivir. Una acción reivindicativa promovida por Izquierda Unida para protestar contra los recortes sanitarios llevados a cabo por la Junta de Andalucía y que en esta tercera etapa, ya han pasado por El Priorato y Lora del Río tras su salida desde Peñaflor el pasado día 28 de septiembre, ha tenido como escenario las puertas del centro de salud de la localidad.
Una reivindicación que “no tiene colores políticos”, ya que se trata de la “defensa de la sanidad pública, que es de todos y de todas”, tal y como destacaban algunos dirigentes de la coalición de izquierdas ante más de un centenar de vecinos congregados ante el consultorio local para demostrar la indignación y hartazgo de una población a la que hace más de un año y medio, le fueron cerradas de un día para otro el servicio de Urgencias 24 horas al mismo tiempo que se les reducía el horario ordinario de atención médica. Por ello, se ven obligados a desplazarse hasta Lora del Río para ser atendidos por un médico por las tardes, noches y fines de semana.


Las marchas reivindicativas eran recibidas por Carlos López, alcalde socialista de Alcolea del Río, quién ha calificado la situación sanitaria que vive la localidad de “insostenible e insoportable”. El regidor subrayaba como “la mayor parte de la población es ya mayor, por lo que tener que desplazarse hasta Lora del Río para ser atendidos puede resultar un verdadero problema”. El regidor ha querido resaltar la necesidad de acciones como esta para “denunciar la situación en la que se encuentran muchos municipios”
En el caso de Alcolea del Río es significativo el “abandono” de su centro de salud por parte de la Junta de Andalucía, según destaca el alcalde alcoleano, pues apenas reciben fondos para su mantenimiento. Es el propio Ayuntamiento el que tiene que correr con la mayor parte de los gastos del mismo en relación a su limpieza, desinfección, mejoras… llegando a invertir más de 30.000 euros del presupuesto municipal para poder llevar a cabo estas tareas y ofrecer así unas instalaciones adecuadas a todos los vecinos. En este sentido, Carlos López ha insistido en que el Consistorio “está dispuesto en dejar de hacerse cargo del consultorio local y entregárselo a la Junta de Andalucía” ante los continuos recortes que está llevando a cabo y las inexistentes ayudas e inversiones para mantenerlo en funcionamiento de forma ´óptima.
«Tengo un continuo miedo de lo que le pueda pasar a mi hija»
Ana María Lobo, vecina de la localidad, es un claro ejemplo de los efectos provocados por los recortes sanitarios. Vive en un «continuo estado de miedo y pánico por lo que le pueda pasar a mi hija». Su pequeña, de 8 años de edad, es alérgica a los frutos secos, a la proteína de la leche y a los cacahuetes además de otras ambientales. En caso de cualquier accidente o intoxicación, puede sufrir un shock anafiláctico, tras el que solo tiene 15 minutos para reaccionar, mientras que acudir hasta Lora del Río, la localidad más cercana con urgencias 24 horas, le supondría cerca de media hora. Por ello, señala con profunda indignación como su hija «puede morir si no se le administra a tiempo la solución médica.
Según señala Ana María, «el no tener un centro de salud cerca está condenando a su hija a que pueda morir en caso de cualquier descuido o accidente». Además, señala como «a pesar de poder recibir un tratamiento, le han aconsejado no tomarlo porque no puede recibir atención médica en caso de algún efecto adverso al no disponer del servicio de Urgencias 24 horas». Esta situación, señala esta vecina de la localidad, le hace tener un «miedo horrible», al mismo tiempo que cuenta como en una ocasión «casi nos matamos en la carretera ante el nerviosismo de llegar lo antes posible al Centro de Salud de Lora del Río para que mi hija recibiera su tratamiento».