La afamada fotógrafa catalana “Colita” ha decidido donar un total de 27 fotografías del artista cantillanero Ocaña al municipio para que puedan ser expuestas en el Centro de Interpretación que recoge su obra.
Cantillana está de enhorabuena. El legado de uno de sus artistas contemporáneos más importantes, José Pérez Ocaña, vuele a verse aumentado gracias a la donación que Isabel Steva Hernández, más conocida como “Colita”, fotógrafa y amiga personal del artista, ha realizado al pueblo de Cantillana. Se trata de un total de 27 fotografías que “Colita” le hizo a Ocaña durante varios momentos de su intensa amistad, y que ahora las dona al pueblo de su íntimo amigo por ser “el lugar natural en el que tienen que estar las imágenes, puesto que “Ocaña siempre hablaba mucho de Cantillana, quería mucho a su pueblo y lo tenía siempre en su boca”, según las propias palabras de la fotógrafa catalana.
La gestión de esta donación ha sido llevada a cabo entre el equipo de “Colita” y la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cantillana, dirigida por Carlos J. Carvajal, que ha valorado positivamente la donación de estos fondos por “suponer un importante activo” para el municipio y el Centro de Interpretación que el artista tiene en el municipio, para el que también va a suponer “un importante atractivo para todas las personas que lo visiten”, ya que muestran “a un Ocaña en plenitud e inmortalizado en unas imágenes para la posterioridad”.
27 fotografías del artista Ocaña
La donación que “Colita” hace ahora al pueblo de Cantillana consta de un conjunto de fotografías que le hizo a su amigo personal en varios momentos de su vida. Uno de ellos fue justo una semana después de que ambos se conocieran. En estas instantáneas aparece Ocaña con el también artista Camilo en diversas poses: vestido de Manola; de estilo sadomasoquista; con pamela y gafas Ocaña, mientras Camilo aparece vestido de hawaiano con el fondo del mar…
También decidió fotografiarle en su casa, el día que Ocaña trasladaba sus cuadros a una importante exposición que hacía en el Convent del Àngels de Barcelona, que organizaba la activista cultural Marta Tatjer. “Llevó desde su casa al convent papeles maché y muchas de sus obras. Y el traslado lo hizo acompañado con sus amigos y unos músicos”, según explica Colita. Porque Ocaña era puro optimismo, pasión y alegría.
Ocaña y “Colita”, una amistad muy personal
Colita y Ocaña mantuvieron una importante amistad que se remonta a un 11 de mayo de 1977 en Barcelona. Ese mismo día por la tarde, según explica Colita, se inauguraba una exposición de la conocida pintora María Girona, a la que ella asistió. Mientras se encontraba allí, vio cómo alguien llegaba con un bombín, un bolso de médico, gafas, zuecos de madera “y un ramo muy grande, espectacular y bonito de manzanilla”. Al instante, Colita quedó deslumbrada por el personaje, se dirigió a él y le propuso realizarle una sesión de fotografías. Ahí empezó la amistad entre la fotógrafa y Ocaña. A partir de ese momento, se forjó una intensa amistad que duró hasta 1983, cuando murió el pintor cantillanero.
Para “Colita” la muerte de Ocaña fue un duro golpe del que se enteró a través del director de cine Ventura Pons en su casa de Bagur (Girona). Sin embargo, Ocaña aún le tendría preparada una casual sorpresa incluso después de su fallecimiento. Al regresar a su casa de la ciudad condal, “Colita” tenía en mensaje de Ocaña en el teléfono: “Nenaaaa, guapaaa, vente para Cantillana que estamos en fiestaaaas”. Una inmensa amistad entre dos artistas y de la que Cantillana se hace eco a través de estas 27 fotografías que ahora recibe.
