La entidad cultural cantillanera ha llevado a cabo la limpieza de los molinos del río Viar, situados en el paraje de «Las Asperillas». La actividad estaba prevista para el pasado 31 de enero, pero las restricciones a causa de la pandemia de coronavirus motivaron su aplazamiento.
Conservar el patrimonio cultural, etnológico y medio ambiental como compromiso tanto con las generaciones pasadas como futuras. Ya decía el escritor y periodista Luis Sepúlveda eso de «la importancia de conocer el pasado para comprender el presente e imaginar el futuro«. Por esta razón, el Ateneo de Cantillana ha organizado, en colaboración con la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la localidad, la limpieza de los molinos situados en el curso del río Viar, ubicados en la zona conocida popularmente como «Las Asperillas», llamada así por el tipo de piedra de la zona.
En la actividad han participado de forma voluntaria alrededor de 45 personas, a las que se han dividido en varios grupos para respetar en todo momento las medidas de prevención contra el coronavirus. La cita era a las 10 de la mañana y se ha desarrollado hasta las 13 horas aproximadamente. Los trabajos de limpieza y adecentamiento han estado supervisados en todo momento por el arqueólogo José Antonio Valiente, ateneísta y secretario de la institución.
«Debemos crear conciencia medioambiental y velar por la conservación del patrimonio local».
Rosario Heredia. Presidenta del Ateneo de Cantillana.
Para Rosario Heredia , presidenta del Ateneo de Cantillana, esta actividad, la primera que ponen en marcha desde el ámbito del medio ambiente, tiene como objetivo «crear conciencia medioambiental al mismo tiempo que se vela por la conservación del patrimonio local, aunando las dos cosas al mismo tiempo». La máxima responsable de la institución hace una valoración positiva, sobre todo por la respuesta obtenida de los vecinos, que incluso «piden que se haga más veces». Además, señala que la limpieza de la zona es el primer paso para evitar, en la medida de lo posible, su deterioro y su puesta en valor, así como para profundizar en su estudio y datar su origen.
Una valoración también positiva hace la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cantillana, María José Lagares, para quien la limpieza en esta zona «hacía falta por estar un poco abandonada», por lo que subraya que la limpieza realizada hoy será la primera de varias más. Con estos trabajos se persigue, según señala, «que se vea y se cuide el patrimonio de Cantillana» por lo que agradece positivamente la iniciativa del Ateneo.
La zona de los molinos en el río Viar donde se han desarrollado los trabajos también ha resultado ser todo un descubrimiento para algunos de los participantes y a los que José Ballesta, uno de los voluntarios que han participado en la actividad, ha narrado como «los arrieros venían de noche desde Cantillana a los molinos para poder moler el trigo sin que los más pudientes del pueblo se dieran cuenta y poder así repartirlo después entre los vecinos más pobres» según le contaba su padre, que también era arriero. José ha tenido la oportunidad, tal y como ha contado, de conocer estas infraestructuras hidráulicas casi en perfecto estado, sin que el abandono y las riadas hubieran afectado tanto a su conservación.
La actividad también ha servido de convivencia entre todos los que han participado en la misma. Además, «ha contribuido al rescate de este patrimonio para que la memoria de Cantillana no lo pierda y se consiga también un uso más civilizado» tal y como ha señalado al finalizar los trabajos de limpieza José Antonio Valiente, arqueólogo del Ateneo.
La próxima cita para la recuperación y adecentamiento de la zona será, por «petición popular», dentro de 2-3 semanas. El Ateneo de Cantillana también tiene previsto la realización de una «Ruta de Plantas Mágicas» presentes en dicho entorno natural, así como la plantación de nuevos árboles y especies vegetales en este paraje junto a la Asociación «Las Asperillas».