El pasado martes 19 de diciembre, los residentes y trabajadores del Residencial de Mayores San Nicolás de Cantillana recibieron la segunda dosis de la vacuna contra la covid-19.
Un pinchazo de felicidad. Porque el fin del miedo ya no es cosa del futuro, sino del presente. Y porque el poder abrazar –curiosamente hoy, 21 de enero, se celebra el día del abrazo- a sus familias, el poder reír o pasar tiempo junto a ellas ya está más cerca. Y eso se nota. Y mucho. Solo hacía falta oír el tono de voz de la directora del centro, Yolanda Román, al otro lado del teléfono. Y es que la alegría, también se escucha.
Todo el personal del Residencial de Mayores San Nicolás de Cantillana, residentes y trabajadores, recibían el pasado martes 19 de enero la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus, justo 21 días después de recibir la primera, el 29 de diciembre. Ningún efecto adverso importante se ha detectado entre los vacunados después de recibir las dos dosis, sólo algún dolor muscular en el brazo y alguna destemplanza puntual.

Esta vacuna era esperada con muchas ganas por todos los mayores del centro geriátrico. Como señala la propia directora de la residencia, Yolanda Bueno, la predisposición de los 70 residentes a la vacuna ha sido absoluta, ya que “no dudaron en ningún momento de que querían vacunar. Todos dijeron que sí. Y sus familiares también dieron el consentimiento”.
Sobre cómo se han sentido los mayores tras la llegada de la vacuna, Yolanda Bueno señala que “muy contentos” porque al final, “son los que más sufren, ya que unido al miedo, está el no poder salir, recibir visitas o tener los movimientos restringidos”.

Desde la Residencia de Mayores San Nicolás subrayan que a pesar de haber recibido ya la vacuna contra la covid-19, desde el centro se siguen manteniendo todas las medidas de prevención y seguridad al respecto, tanto “para tranquilidad de todo el personal como de sus familias”.
Con la administración de esta segunda dosis, se calcula, según las indicaciones de la propia farmacéutica Pfizer, que será a partir de los sietes días posteriores a su inoculación cuando la persona habrá adquirido la inmunidad. Lo que también es seguro es que este rayo de luz que directamente ha incidido sobre el Residencial de Mayores San Nicolás de Cantillana, viene a aportar luz, alegría y felicidad tras cerca de un año de miedos. Los residentes del centro y sus ángeles cuidadores ya están más cerca de recuperar esa normalidad en la que no se echaban de menos los abrazos, los besos, el contacto cercano y físico sin nada de por medio.