Por FRAN HIDALGO.
Es en estos momentos cuando más patente se hace la labor de los medios de comunicación, desde los más tradicionales como prensa, radio y televisión hasta los más modernos como los medios digitales en Internet. Todos, en general, tienen que ejercer un periodismo responsable, con una información veraz, de interés para la ciudadanía y contrastada, y más aún en medio de este enorme auge de informaciones falsas o interesadas, también conocidas como fake news.
Además, los medios deben también hacerse eco de aquellas informaciones que al provenir de lugares más recónditos o escondidos bajo la sombra de las grandes urbes, no tienen soportes donde ser expuestas. La información local es una necesidad, ya sea para el ciudadano de la capital como para el ciudadano de un pequeño municipio. Todos queremos saber qué ocurre en nuestro alrededor más próximo. La información local debe ser otro servicio público más en las manos de los ciudadanos, constituyendo así un importante valor para el fomento de su espíritu crítico y el discernimiento entre la verdad y la mentira en medio de toda esta vorágine de realidad en la que estamos inmersos.
La carencia de este tipo de medios de comunicación locales en ámbitos geográficos reducidos supone también la falta de un claro contrapoder contra los poderes públicos y privados. La falta de plataformas de denuncia social, no recogidas en bastantes ocasiones por los grandes medios, hace que el ciudadano se encuentre aún más indefenso ante las injusticias. Un medio de comunicación local se hará eco, de forma más frecuente, de todo cuánto le ocurre a la población de su ámbito de influencia, prestándole su voz contra los abusos, constituyendo así un arma o ayuda en la defensa de sus intereses.
Por otra parte, los medios de comunicación de ámbito local o comarcal pueden suponer también un motor de progreso para la población. Una población huérfana de espacios donde pequeños y medianos comerciantes, artesanos, escritores o artistas puedan servirse de los medios como difusores de su trabajo, de sus experiencias o de su problemática, olvidada en los grandes medios de comunicación, centrados más en la cotidianeidad de la urbe, puede suponer una merma en el desarrollo del tejido económico, productivo, social y cultural del municipio o comarca. La problemática comercial de un pequeño municipio no es la misma que la de una ciudad, y ahí es donde los medios de comunicación locales suponen y pueden constituirse en importantes instrumentos en la difusión de la misma.
En este sentido, una apuesta decisiva por los medios de comunicación e información locales de calidad debe ser fundamental desde las instituciones públicas y privadas como forma de contribuir al desarrollo y progreso social y económico de entidades a veces tan vulnerables como los municipios y localidades de mediano y pequeño tamaño y de sus ciudadanos.