Restaurada la Torre del Cáñamo en La Rinconada

La Torre del Cáñamo forma parte de la identidad del municipio y de su patrimonio industrial. Una edificación que ha ilustrado carteles de festividades de La Rinconada y que su ciudadanía conoce muy bien porque forma parte del skyline de la localidad y es una de sus señas identitarias y de su pasado azucarero. El alcalde de la localidad, Javier Fernández, visitó la zona para conocer de cerca el resultado de su restauración.

Esta chimenea de 64,20 metros de altura, data del primer tercio del siglo XX y va más allá del pasado azucarero del núcleo de San José, ya que es símbolo de la génesis del prosperar económico del municipio, y también de su explosión demográfica, alentadas por la revolución industrial en este punto de La Vega del Guadalquivir. La fábrica, como tal, desapareció, pero perdura la enorme chimenea entre naves industriales.

Tras ser sometida a una compleja intervención de ingeniería -por la propia idiosincrasia del monumento- para su restauración, las intervenciones han finalizado y la Torre del Cáñamo vuelve a lucir, totalmente restaurada, con su fisionomía original. Recientemente, el alcalde, Javier Fernández, acompañado por el responsable municipal de Obras Públicas, José Manuel Romero Campos, ha visitado el recinto para comprobar de primera mano el resultado de las obras. Durante su visita, el primer edil ha destacado que “la remodelación de la Torre del Cáñamo tiene detrás un trabajo de ingeniería que no se ha percibido en el día a día, pero que ha ofrecido gran complejidad por la altura del edificio y los requerimientos técnicos que precisaba”.

Cofinanciado a través de las ayudas previstas en las Estrategias de Desarrollo Local LEADER en el marco de la submedida 19.2 del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020, a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de La Rinconada con la finalidad de conseguir la mejora de la conservación del patrimonio en zonas rurales, se ha actuado para restaurarla y que siga siendo un símbolo del patrimonio municipal.

Las obras requirieron complejos trabajos previos para garantizar la seguridad durante los movimientos de tierra necesarios, con la limpieza de las galerías de sótanos bajo el edificio, así como la cimentación de la grúa, que tienen ocho metros por dos de profundidad. A continuación, de abajo a arriba, se ha ido remodelando la torre hasta consolidar una estructura que es singular y única en Andalucía, según los expertos, pues, como comentan, “como ésta había una en Valladolid que fue derribada y otra en Motril, que sigue en pie, pero es mucho más pequeña”.

Tras las actuaciones, el Consistorio está en pleno estudio de sus posibles futuros usos, con la idea de desarrollar un entorno en el que la chimenea sea la gran protagonista.

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