Los mayores de la localidad pueden vacunarse desde hoy en el propio municipio sin necesidad de trasladarse a Cantillana como sucedía hasta ahora. Alrededor de 36 vecinos han acudido al punto de vacunación y otros han sido vacunados en sus domicilios por tener una movilidad reducida.
La Casa de la Cultura de Villanueva del Río y Minas ha podido cambiar hoy su nombre por el de la “Casa de la Alegría o de la Ilusión”. Ese era el sentimiento unánime que se respiraba en todo momento por los mayores que han acudido a vacunarse contra la covid-19 en su propio pueblo. Algunos de estos vecinos se habían arreglado un poco más de la cuenta, para vivir ese momento tan deseado en este “día histórico” en la historia local señalado como el día en el que la esperada vacuna llegó al municipio.
La cita era a partir de las 9 de la mañana. Pero antes de la hora ya había cola para recibir la vacuna. Había ganas de recibirla y recuperar una vida que el miedo ha condicionado. Todo estaba perfectamente preparado y coordinado para esta primera dosis de la vacuna Pfizer. La segunda será el próximo día 26 de marzo. El equipo de Protección Civil, volcado una vez más con su pueblo, coordinaba el circuito dispuesto de entrada y salida que evitaba aglomeraciones. También acompañaba a los mayores hasta el sitio marcado para recibir la vacuna, sirviéndoles de «bastón» de ayuda para caminar, tranquilizar y calmar los nervios.
La primera vecina en recibir la vacuna ha sido Petra Álvarez. Esperaba este momento con una vitalidad increíble. Solo había que escucharle hablar. Ella misma reconoce, que no tiene 85, sino casi 86 años (después de decir la primera vez que tenía 66, según ella, «por los nervios»). Para Petra, “si todo el mundo se pone esto, el bicho se va a ir del mundo entero”. Esto es también lo que pide cuando reza por las noches: “pido por todos”, y especialmente por su nieto de Madrid, dónde le “pilló el bicho al acudir al bautizo de un bisnieto”. Después le tocaba el turno a Esperanza Velasco, que hoy más que nunca hacía honor a su nombre. Esta vecina, que de los nervios había olvidado hasta las gafas, acudía contenta aunque con cierto recelo y miedo. Aún así, quería vacunarse a ver “si por lo menos duramos un añito o dos más” y esperando que «este pinchazo nos de más seguridad para poder salir”.
Otro de los rostros que irradiaba felicidad en esta jornada era el de Paqui Ortiz, enfermera del centro de salud de la localidad, que hoy tenía la suerte de poder vacunar a los mayores que tanto conoce y con los que trata en su día a día. Según las palabras de Paqui, todos los vecinos mayores “estaban deseando de ponérsela, preguntando a diario cuando vamos a los domicilios”. Para ella, al igual que para sus pacientes, ha sido un momento inolvidable «porque por fin ha llegado el día de la ansiada vacuna».
Para el alcalde de Villanueva del Río y Minas, Miguel Ángel Barrios, que los mayores de su localidad puedan vacunarse en su pueblo es “una satisfacción muy grande” por “haber conseguido lo que tendría que haber sido lo normal”, ya que “era ilógico que se tuviesen que desplazar a Cantillana”, tanto por la edad como por la dificultad para desplazarse y el factor de riesgo de tienen estos vecinos. Además, se muestra agradecido que tanto la Junta de Andalucía como la Delegación de Salud hayan escuchado su petición. El primer edil ha querido subrayar que “hoy ha sido un día grande, al igual que para sus vecinos mayores”, que han sido “los que han luchado para tener todo lo que tenemos hoy”, así como extender “el agradecimiento al personal sanitario y al equipo de Protección Civil por su magnífica labor y prestarse siempre a todo”.
